Eres

23 nov 2015

Eres el azul. Eres el azul reconfortante del océano. En primaria me solían decir que el cielo se reflejaba en el océano, y por eso era de ese color. Pero ahora, conozco el motivo real. Eres el azul del cielo, la inspiradora tonalidad que sabes que hay en el fondo incluso cuando hay un huracán, o un tornado, o una tormenta horrible. Eres el azul.

Eres el blanco. Eres a quien mis vestidos de encaje blanco buscan. Eres la sal que resalta el sabor en las rodajas de sandía y los conos de los helados. Eres la página en blanco en la que escribo y tú, tú eres mis sábanas blancas preferidas que me mantienen cálida en la más profunda noche.

Eres el negro. Eres todas las noches que me atrapan por completo. Eres mis botas viejas preferidas, las que uso para bailar en lo alto de la barra para no caerme. Sé que dicen que el negro es para los funerales, pero el negro es el color de tu pelo visto de lejos. Hay tantas cosas que se asume que con negras- ojos, cielos, y la vida. Tú eres todo eso, y mucho más.

Eres el verde. Eres el aire fresco que consigo cuando me alejo de la ciudad y respiro con olor a hierba en campos llenos de flores y capullos que raramente vemos en casa. Eres eso que no se puede comprar con dinero, pero que me hace sentir rica. Eres el verde que mi óptico me dijo que debía mirar más a menudo si quería que mi visión mejorase.


Eres el rojo. Eres el rojo porque me recuerdas al fuego que no deja de arder. Eres el rojo cuando estás contento y eres el rojo cuando estás enfadado. Eres la sangre en mis venas. Eres el rojo que veo cuando estoy indignada y también eres el rojo que quiero con tanta fuerza. Eres la marca de pintalabios rojo que te dejo después de cada beso.

Eres esas tonalidades que no solían gustarme. Ahora, esos colores con los únicos que veo.

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